Un óptico optometrista debe ser siempre la persona encargada de determinar el tipo de lente necesaria que te puede ayudar a ver correctamente mediante unas gafas adecuadas. Estos son los casos en los que se necesitará llevar una gafa:
- La miopía, cuando la persona ve mal de lejos.
- La hipermetropía y presbicia, cuando la dificultad es para ver de cerca.
- El astigmatismo, más difícil de detectar, ya que el cerebro realiza un esfuerzo adicional para compensar el problema.
En el caso de la hipermetropía y presbicia, al comienzo el cristalino tiende a compensar el problema, lo que suele provocar fatiga visual y dolores de cabeza.
Entonces, ¿puedo usar gafas pregraduadas todo el día?
Las gafas pregraduadas no corrigen el problema de visión, sino que actúan como lupas, haciendo que todo se vea más grande. Además, la graduación de sus lentes suele ser la misma para ambos ojos, por lo que no atendería a las necesidades específicas de cada uno. Por lo tanto, estas gafas solo deben usarse de forma puntual, como ayuda a la lectura en casos concretos y excepcionales y durante periodos de tiempo cortos.
Para un uso continuado es recomendable utilizar gafas graduadas, que tendrán en cuenta las dioptrías de cada ojo, así como valores como puede ser la distancia interpupilar o la forma de la gafa que elijamos. Y lo más importante, cada cristal estará personalizado con la graduación concreta que necesite nuestro ojo gracias a un chequeo visual previo realizado por profesionales que nos ayudará a determinar el tipo de lente adecuado para nuestra necesidad.
Tanto para las personas con miopía, como hipermetropía y presbicia, las gafas graduadas o las lentes de contacto son la mejor solución para ver correctamente durante todo el día y cuidar de su salud visual.
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